viernes, 26 de agosto de 2011

Como decía mi abuela: Viejos… son los trapos (2 de 2)


El mayor reto de un anciano es poder enfrentar la pérdida de control que llega con la vejez: sus cambios físicos, la jubilación, que afecta su estándar de vida; las enfermedades que además de la dolencia en sí misma, ocasiona muchos síntomas que se traducen en estrés, como por ejemplo, si no se tiene un seguro de salud adecuado; la angustia y el dolor que causa el luto por la muerte de amigos o familiares cercanos, etc. Cada uno de estos cambios significa perder algo y también presupone un proceso de ajuste que establecerá el sentimiento de bienestar o de descontento respecto a su vida.
 
Hay una realidad establecida y es que cuanto más activa permanezca una persona mayor, mejor envejecerá. Lemon, Bengtson y Peterson, los primeros investigadores que en 1972, expusieron cuidadosamente una tesis metódica de la teoría de la actividad del envejecimiento. Según indican en su trabajo, "existen 3 tipos de actividades: interacción social: con familiares, amistades y vecinos; formal: participación en organizaciones voluntarias; solitaria: leer, ver televisión y mantener algunos pasatiempos". 

Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado, querido, acogido, útil y capaz, reconocido, digno, perteneciente a algo y a alguien, todos ellos, sentimientos en los que se basa la autoestima. Por lo tanto no puede haber autoestima en el individuo si éste percibe que los demás prescinden de él. 

A la persona mayor que el sistema le fuerza a retirarse, aunque sea con un buen plan de incentivos, le baja terriblemente la autoestima porque se siente rechazado e inservible; mientras él todavía siente "que puede" porque se siente bien, saludable y con ganas de producir. Lo que afecta grandemente su autoestima es que sabe positivamente que su lugar va a ser ocupado por una persona mucho más joven que él que posiblemente no tiene ninguna experiencia, que acaba de salir de la universidad y a la que él tendría mucho que enseñarle si el sistema se lo permitiera.

Ser anciano en nuestros tiempos es degradante porque la influencia de los medios de comunicación no ayuda al anunciar masivamente la alabanza a un cuerpo joven, perfecto y estilizado; muy lejos de lo que puedan ser canas, arrugas y los defectos de la figura de un anciano. Adicional a esto, se ha sumando la división de la familia en donde los abuelos, quienes en algunos casos hasta convivían con sus nietos y sus hijos, ahora están en las "casas de cuidado". Esos abuelos estaban estimulados afectiva e intelectualmente y no les importaba haberse jubilado, ya que funcionaban como maestros y no sólo disfrutaban de sus nietos sino que participaban activamente en la crianza brindando apoyo con su experiencia. Aunque no vivieran juntos aportaban a la vida de sus nietos porque no estaban ahí para disciplinar si no para escuchar, para ser compinche y para gozar de las ocurrencias de los pequeños. Se de abuelos que iban a jugar a las cartas (barajas) y luego le regalaban ese dinerito a sus nietos, también abuelos que preparaban sándwiches y llevaban los nietos a tomar helados, al cine y al parque.

Como dato curioso en China el sistema comunista está hecho para que los ancianos que se retiren de su cargo lo hereden a su hijo, si no se entendió bien, lo refraseo nuevamente. Este señor que trabaja para el estado, se retira y le deja su puesto a su hijo. Es deber del hijo entonces es mantener a sus padres y el de estos abuelos cuidar a sus nietos. Para nuestra sociedad occidental el paquete se ve ridículo porque no permite al anciano disfrutar de su retiro y probablemente llegado el caso ninguno de nosotros aceptaría la situación, pero este ejemplo demuestra cómo los viejos están integrados a la sociedad y pasan a hacer otro trabajo que los mantiene plenamente ocupados formando parte de la vida de su familia. (No es un trabajo para mi, así que por si acaso a mis hijos: No estamos en la China, ok?)

No importa las leyes que se promulguen, porque ya hay muchas de ellas escritas en papel y en la práctica seguimos igual a como veníamos. Lo que importa es generar conciencia en la juventud y para lograrlo se debería reeducar no solo a la población sino que las campañas deberían empezar desde que el niño comienza la escuela. 

Esos mismos relacionistas públicos que lanzan campañas de publicidad con caras llenas de Botox y cuerpos a los que el bisturí los muestra esculturales, deberían dedicarle un poco de ese espacio a las personas mayores. Al fin y al cabo el anciano también consume un montón de productos y verlos en la televisión, en la prensa y escucharlos por la radio ayudaría muchísimo a cambiar las actitudes de la próxima generación.

La intervención debería hacerse también a través del gobierno, facilitando programas que ayuden a la persona mayor a adaptase a los cambios, que los oriente y que los eduque. Ahora mismo en Israel y en Estados Unidos existen programas sociales que reúnen a niños y jóvenes con ancianos, logrando que los mayores se sientan útiles haciendo un trabajo voluntario que los llena de satisfacción y les permite estar acompañados, y a los jóvenes le ayudan a aprender que un anciano los puede ayudar con su experiencia y afecto. También en Israel se ha implementado un programa de empleo dirigido a los ancianos en donde pueden hacer uso de habilidades manuales de fácil y rápido aprendizaje por su poca complejidad. En Estados Unidos y en Puerto Rico existe la AARP, (American Association for Retired People) la organización más grande en su tipo para personas de 50 años o más, que aporta muchísimo a la "segunda, tercera y cuarta juventud". Esta asociación por un pago mensual de 16 dolares al año posee desde representantes en el congreso que abogan por los intereses importantes para los viejos, como planes complementarios de salud y seguros de vida. Ofrecn trabajos voluntarios durante el retiro, ayuda para buscar trabajo remunerado después de los cincuenta o para personas retiradas, programas de mejoramiento, clínicas de salud y hasta descuento para viajes y farmacia entre otros.

Volviendo a la historia de Doña Merci, ella ha sido maltratada emocionalmente y su familia ha sido negligente porque no se ha ocupado de que se alimente, de su aseo personal, de llevarla al médico cuando no se sentía bien y de hacerle tomar sus medicinas. Lo peor de todo es que no la respetaron y fueron completamente indiferentes a su situación. Su hija más cercana desde su vaho de alcohol era la encargada de cambiar y administrar el cheque de su pensión sólo que la anciana nunca veía el dinero. La viejita se fue deteriorando tanto que con el paso del tiempo ya no se la veía en la playa; un día amaneció y ya no despertó. Había muerto como había vivido sus últimos años en la soledad y el abandono, sin familia aunque rodeada por ella. Después del funeral los parientes ocuparon inmediatamente la vivienda de la fallecida, parecían buitres rondando con sus alas a la muerte. La vivienda se limpió, se pintó y se arregló como durante años no se había visto. Luego se compraron muebles nuevos y su nieta, la del grillete, se mudó. Nunca se supo a que arreglo llegaron los deudos pero posiblemente la historia se repita, quién sabe, sigue viviendo una hija al lado de la casa de su madre… y el tiempo para la cosecha llegará pronto.

Todos vamos a llegar a viejos y todos, antes o después, vamos a morir. Como seres humanos, no importa la edad que tengamos, necesitamos sentirnos productivos, considerados y apreciados, por lo tanto deberíamos respetar a las personas mayores y ser más comprensivos con la vejez porque llegar a viejo significa que se ha vivido una vida cargada de experiencias. Ser viejo no es una ofensa y todo anciano debería poder vivir con la dignidad que se merece. Ser una persona mayor, significa poder mirar hacia atrás y acordarse de las alegrías, de los errores, de los desengaños que se pelearon con la vida, pero lo más importante es que antes de que llegue la muerte se pueda transmitir un legado a la próxima generación.

Como individuo, lamento mucho la diferencia generacional que había con mis propios abuelos y el no haber tenido durante mi adolescencia la motivación y la curiosidad para haberles preguntado de su vida, qué hicieron, cómo fueron sus experiencias, quiénes fueron sus padres, cómo se llevaban con sus hermanos, a qué y con qué jugaban en aquella época y a qué se dedicaron en su juventud, etc. Muchas cosas se me ocurren ahora pero el tiempo ya pasó y la oportunidad se perdió, sólo quedan en mi memoria algunos retazos de su vida que no puedo hilvanar por completo.
A los que todavía no estamos en esa etapa les pido que seamos más abiertos, que apreciemos todo lo que los ancianos nos pueden brindar con sus conocimientos sin mirarlos por encima del hombro ya que un anciano siempre tendrá ideas o experiencias que aportar a su familia y a la sociedad. Lo que le queda de vida a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestros mayores, debería ser para ellos un tiempo de tranquilidad, de sosiego y de calma; aprendiendo más cada día, viendo la vida con otra perspectiva y con la mejor calidad de vida posible, pero por sobre todo con todo nuestro afecto y apoyo incondicional. Enseñemos a nuestros hijos con nuestro ejemplo, no olviden que lo que ellos vean ahora será de la misma manera cómo nos trataran a nosotros. 

Para terminar quisiera decirles a mis "seguidores mayores" o tal vez prefieran mis "seguidores ancianos"… (sí, estoy consciente y sé para dónde me quieren mandar…) que la vejez no es un tiempo para detenerse, es solamente una transición a otra de las etapas naturales de nuestra existencia. Tomen el timón de su vida, no se dejen llevar por delante, infórmense, adquieran compromisos, hagan actividades que les gusten, aprendan sobre temas nuevos; sean los protagonistas de su propia vida. No se compadezcan de sí mismos, no hablen de los achaques a menos que sea con el médico y tomen una actitud positiva tratando de integrarse a la comunidad haciendo algún trabajo voluntario, participando en programas de ejercicios, o reuniéndose con "los chicos" o "las chicas" a tomarse un café. Disfruten, gocen y no permitan que nadie les quite la esperanza, sólo acepten su vejez para que la puedan vivir plenamente todos los años que les quedan por venir. No desperdicien esta etapa, miren cada día como un regalo y vívanlo al máximo, cosechen todo lo bueno que sembraron y recuerden lo que decía mi abuela: Viejos… son los trapos3. ¡Hasta la próxima! ¡Japi Bloguin!

1 Caserío es el nombre que se les da en Puerto Rico a un grupo de edificios de vivienda pública a bajo costo, pagadas por fondos del gobierno federal. Los apartamentos tienen facilidades de uno a seis habitaciones, cocina y comedor, uno o dos baños completos y enseres como estufas (cocinas) y neveras (heladeras); son asignados de acuerdo al tamaño de la familia. También incluyen un subsidio para gastos de agua, electricidad y teléfono, 150 minutos de celular por mes, internet y cable tv. El que cualifique para estas viviendas tiene derecho al programa del Pan, una tarjeta tipo ATH que deposita en una cuenta de banco los fondos para comida y también algo de efectivo. También las mujeres embarazadas tienen derecho al Plan WIC que brinda visitas medicas para la embarazada, análisis y sonogramas, hospital y "nursery" para el bebé además de comidas y vitaminas para el cuidado de la madre durante el embarazo y luego seis meses de leche y alimentos para el bebé con la posible renovación a un año de los beneficios. Caserio posiblemente derive su nombre de "grupo de casas". Sin embargo, aunque parezca un paraíso no es fácil la convivencia dentro de un caserío. Como en todos lados hay gente muy buena y decente pero también existe la coexistencia con el trasiego de drogas lo que implica violencia y niños que se crían en ese entorno a quiénes les parece algo muy normal los tiroteos y las muertes ya que es lo único que han visto en sus cortas vidas.


Piragüero y su carrito.
2 El oficio de piragüero es muy pintoresco en Puerto Rico. Las personas que hayan tenido la oportunidad de pasear por el Viejo San Juan deben haber visto unos cuantos a su paso. La piragua es un raspado de hielo al cual se le vierten jarabes de distintos sabores, a gusto del consumidor. En algunos países de Latinoamérica es conocida también, como "conito de nieve". El piragüero tiene un carrito de madera en donde apoya un gran bloque de hielo. El hombre se inclina y raspa el hielo de arriba hacia abajo con una máquina de afeitar metal y acomoda las virutas de hielo hasta que forma un cono de hielo que sobresale al conito de papel, donde lo sirve. Hecho esto, uno escoge el sabor de jarabe que desea y el piragüero lo vierte generosamente el hielo hasta que llega al borde del conito y lo completa con un sorbeto o pajita. Los jarabes están almacenados en los laterales del carrito y son muy dulces y espesos. Algunos sabores son: piña, tamarindo, coco, frambuesa, mantecado, limón, coco con frambuesa, etc.

3 El título de esta historia es real. En honor a mi abuela Rebeca que tanto me dio sin yo saberlo.
Referencias:
http://www.amapsi.org/portal/index.php?Itemid=110&id=103&option=com_content&task=view
Frankl V., "El Hombre en Busca de Sentido". Editorial Herder, Barcelona, España 1999 p p36
http://www.ncsu.edu/ffci/publications/1996/v1-n3-1996-summer/successful-aging.php
Lemon, Bengstom y Peterson, "Successful Aging: What does the "good life" look like? Vol. 1. No. 3. Summer 1996.
Si desean leer más sobre este tema les recomiendo este enlace:
http://www.vejezyvida.com/category/saber-envejecer/

Emergencias para abuso de personas mayores:
Línea Directa para Situaciones de Maltrato del Departamento de la Familia 
787-749-1333 (Área Metro) o al 1-800-981-1333 (libre de cargos).
Oficina de la Procuradora para Personas de Edad Avanzada, al 787-721-6121.

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